nunca corrupta con el paso del tiempo,
sobrevives a los años que te rebasan incansable
estás entre las grietas de mis paredes, en el polvo
de mis años que no me pesan, me hunden en la tierra
estás entre las arrugas de mi frente que te piensa
siempre insondeable, siempre hermética ante la vida
mis ojos te recuerdan pero mi mente te olvida
a cada instante sobre la luna, un niño duerme
azufre en el ambiente como la maldad misma
se acerca el nacimiento de la eternidad
en tus aguas surge una ninfa con alas de hada
sé que ahí estás observando desde tu noche
tus manos me han tocado en descuidos de insomnio
pero todo es mas lento al tocarte desde la cima del mundo
es tu presencia lo que necesito en este lapso interminable
pausado el corazón gritando por ti muy quedo...
sé que estás ahí mirándome de frente... y en mi perfil.
Antonio Escribanto
México, D.F. a 15 de Junio de 2010
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