jueves, 24 de noviembre de 2011

El silencio de las cosas suele ser tan sórdido

El silencio de las cosas suele a veces ser tan sórdido, tu cuerpo esperando que pinte mis vivencias sobre su lienzo virgen, una mirada que sólo llega a la mitad de la memoria y entonces, como si nada, muere... ya me habían dicho que todas las noches firmas complicidades con la luna, pero nunca me dijeron que las estrellas también escondían tus secretos, pronto acallas el hambre de mis besos regalándome el poema que escribiste nuestra última noche; en tanto huyes, haces tu equipaje y me dejas el recibo sin pagar de todas las deudas que quedaste a deberme, de todos los abrazos que quedaron en el aire y de todas las palabras que se quemaron en la chimenea junto a tu libreta de poemas que nunca concluiste.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Escrito con mi sangre hasta la muerte

Ya estaba planeado todo, desde hace días todo iba tomando forma dentro de mi cabeza, el momento crucial se acercaba y nervioso, intentaba evitar el morderme las uñas, parte esencial de mi plan maestro, dejé crecer 40 días mis uñas del dedo meñique, anular e índice de mi mano derecha, así mismo mi mano izquierda que no sabía lo que tramaba su compañera, daba leves toquidos sobre el escritorio y de tanto en tanto, tecleaba sin que yo me diera cuenta memorias que me encuentro desde hace media vida recopilando en un diario, las uñas de vez en cuando se paseaban sobre una lima y se afilaban para lo que vendría, es entonces justo ahora el momento de que se lleve a cabo tan fatal idea, como gacelas mis uñas rasgaron las venas de mis muñecas y cogieron cuanta sangre cabía en el espacio aire que se sitúa justo detrás de la cutícula, amamantaban sus depósitos hasta quedar casi vomitando sangre y casi a punto de desfallecer, pude ver como escribían primero letras, palabras y por fin, poesías; ese era su plan, escribir todas las ideas que de mi mente salían sin necesidad de coger la pluma, sin necesidad de tocar las teclas, sin necesidad de que yo viva, es así que han planeado que muera escribiendo, espero que mi mano izquierda aun tenga la fuerza de marcar a Urgencias, antes que se acabe el día.