domingo, 29 de mayo de 2011

Mis Vivencias, Diario de una Pasión • 2011/05/28

Y fue entonces cuando pedimos el tercer piso, el mas alejado del transito, el mas callado, para reservarnos a nosotros mismos, para poder escuchar nuestros corazones, afuera el mundo seguía girando igual, pero en nuestra habitación ambos sabíamos que íbamos un poco mas lento que todo el universo, es entonces cuando le sugerí que deberíamos hacer el amor más seguido, así no envejeceríamos al ritmo de los demás y con suerte, volveríamos a ser niños de nuevo, abrazados uno al otro, húmedos frutos envueltos en papel terciopelo.

sábado, 21 de mayo de 2011

Dicen las buenas y las malas lenguas, que hoy 21 de Mayo de 2011, es el fin del mundo

Dicen las buenas y las malas lenguas, que hoy 21 de Mayo de 2011, es el fin del mundo, un loco sin quehacer como habemos muchos, lo predijo hace ya muchos años y yo digo: ¿Para qué decirlo? ¿Para qué vaticinar tan irreverente y supuesta tragedia? Si de verdad se diese el fin del mundo, no habrá entonces nadie, salvo casos extraordinarios que puedan corroborar la veracidad de las profecías de este aprendiz de Nostradamus, yo por lo pronto en tanto nada pase, sigo disfrutando cada uno de mis actos, buenos y malos; tomar una cerveza a la hora de la comida en compañía de alguien de verdad importante para mí, hablar con mi teclado y el mouse y platicarles tantas anécdotas que ni yo mismo sabía que viví, un buen corte de bifé de chorizo acompañado por unas empanadas de queso con elote o simplemente una quesadilla de chicharrón prensado pero al fin, disfrutarlo... entonces me pregunto yo ¿para qué pensar en el fin del mundo? ¿para qué vaticinar el fin de los tiempos y jugar a tener la gracia de Dios?


Voy a ver una película y espero que Dios me conceda la gracia de dos horas mas de existencia de este planeta para poder terminar de verla... hasta luego...


(Eso si no estalla antes como chinampina el planeta)

Estoy loco... lo sé.

Estoy loco lo sé, mi desamparado cuerpo necesita caminar contigo a mi lado, ya no distingo el norte del sur y pocas son las horas que puedo contar despierto en estos días de lamentos...


Estoy loco lo sé, camino sobre mis pies descalzos, esperando que sigas las huellas que voy dejando a cada paso...


Estoy tremendamente loco porque a estas altas horas de la noche, en lo único que pienso es en tu ausencia, en un refresco de limón y en todos los gatos que duermen desamparados sobre una azotea de láminas de cartón.