sábado, 17 de septiembre de 2011

Hay veces que te recuerdo...

Hay veces que te recuerdo desnuda, toda tú, toda entera,
con tu frágil cintura sosteniendo el ritmo de la espera,
te recuerdo a detalle, tu cabello, tus tristes ojos y tu boca,
tu risa, tu aliento, tus palabras salidas del pensamiento,
tu mirada que denotaba ternura, tu misticismo en cada paso,
recuerdo tus manos, tu piel, el lunar a la altura media de tu espalda
y de nuevo tu sonrisa sincera, tus ojos ahora sonrientes.

Recuerdo el timbre de tu voz como si estuvieras a mi lado ahora,
tu risa por usar la ropa inadecuada, por el color de mis pantalones
pero todo eso son recuerdos que se deslavan a cada día con la lluvia,
erosionado se encuentra mi corazón, fragmentado por los recuerdos,
recuerdo nuestros momentos a solas en nuestro palacio de hierro,
tantos recuerdos que se aglutinan en el fondo de mis pensamientos
y regresan una y otra vez, como mi insistencia de saberte viva.

Y hay veces que te recuerdo como más me gusta recordarte,
sin ojos, sin boca, sin manos, sin cuerpo, sin ideas, sin forma,
sin enojo, sin lágrimas, sin gritos, sin reclamos, sin esperas,
porque así te puedo poner cualquier nombre, cualquier rostro
y puedo volver a enamorarme de tu ternura, de tu paciencia,
porque así, puedo buscar tu sonrisa, tu mirada, tu pasión
en la mujer que ahora tengo en mi palacio, durmiendo en mi alcoba.

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